Estas novelas comparten unos rasgos comunes:
- La voluntad de superación del realismo. Expresión de la subjetividad y del mundo interno de los personajes.
- El pesimismo y la conciencia del sinsentido de la existencia. Los protagonistas se caracterizan por la falta de convicciones profundas y de la voluntad de vivir. El suicidio es un final frecuente.
- La preocupación por la realidad española de la época (poder excesivo de la Iglesia y del Ejército, el caciquismo y la incultura, y se proponen medidas de carácter regeneracionista).
Las cuatro novelas que marcaron esta época son: "Amor y pedagogía", de Unamuno; "La voluntad", de Azorín; "Camino de perfección", de Pío Baroja y "Sonata de otoño", de Valle-Inclán.
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