La máquina de vapor.

La máquina de vapor convierte la energía térmica del vapor de agua en energía mecánica. El calor del combustible convierte el agua de la caldera en vapor, que a través de una tubería llega hasta el distribuidor, en cuyo interior se encuentra el cilindro con el pistón. El distribuidor controla el paso del vapor hasta el cilindro, abriendo y cerrando espacios de paso. El pistón, empujado por el vapor, transmite el movimiento del vaivén a la viela, que con la manivela lo transforma en un movimiento circulas en el volante de inercia. De esta forma, la máquina puede tener un movimiento uniforme. El volante permite superar los puntos muertos que existen cuando la viela y la manivela están en la misma línea. Para evitar que el volante pesado aumente de velocidad, existe el regulador de Wat, una estructura que al girar muy deprisa levanta unas bolas metálicas. Estas empujan un eje que ejerce una válvula descentrada del vapor a la máquina. Así, disminuye la velocidad y las bolas vuelven a su posición original.